jueves, 12 de agosto de 2010

Crónica de un Fin de Semana Inesperado (vol. I)

Bien dicen que nada como un viaje para expandir nuestra perspectiva, y pues la neta, aunque al principio fue un fin de semana de negocios, los días que me tomé después me ayudaron muchísimo. Claro, que al tigre no se le borran las rayas cuando está descansando. Así que les voy a contar que me porté un poquito mal.

Pero nomás tantito.

Digamos que de viernes a domingo el asunto fue estrictamente de negocios. Yo como acompañante claro, de un hombre de no malos bigotes y corazón harto generoso. Justo como me los recetó el doctor. El caso, es que eso de ir de "Asistente Personal" es muy divertido cuando las conferencias se acaban y todo el mundo saca su YO interno y verdadero. Es todo un espectáculo ver a las féminas en traje sastre, apuradas y super serias el primer día, y al final del segundo verlas todas desveladas, ojerosas, y tratando de dismular las cogidotas que les meten sus jefes y sus colegas.

Era casi el paraíso.

Pero como la vida sexual de la demás gente me viene valiendo madres, en la tarde de ese sábado yo estaba en thinking mood y le pedí a mi cliente VIP que me cambiara el boleto de avión para ayer pasado el medio día. Necesitaba tiempo para mí y él que es tan comprensivo no se negó a nada. Incluso, me cambió de hotel a uno de más bajo perfil pero igual de cómodo y me dejó una lanita extra para mis "chuchulucos". 
Si no supiera cómo es de cabrón, ya le habría aceptado el puesto de Casa Chica No. 3 que tan insistentemente me ha ofrecido. 

En fin que nos despedimos en el lobby del segundo hotel y ya lejos de las miradas curiosas del personal que aparentemente no se percatan de nada pero en todo están, se trepó a su taxi y me dio las llaves del carro en renta. Aproveché para darme una vuelta sobre la avenida principal y ver qué había de nuevo en ese lugar que ya conozco tan bien. Una nueva boutique, un nuevo restaurante y el mismo antro de siempre aunque yo no estaba para fiesta esa noche.
Me compré un nuevo traje de baño, nuevas sandalias, lentes de sol desechables y un nuevo esmalte de uñas. Necesitaba un pedicure urgente pero odio a las dependientas de las estéticas que son tan delicadas como un carnicero de La Merced por lo que decidí que me tomaría un par de horas para consentirme en el hotel.

Después de  una sesión de belleza en el jacuzzi con mis exfoliantes, mascarillas y demás, me sentía como nueva y con mucha energía, por lo que me fui a mi restaurante favorito, pedí esa pasta con salmón que tanto me gusta y al final me eché una margarita de esas que sólo Martín, el barman de ese lugar, sabe preparar. Disimuladamente, le dí una escaneada a las mesas de alrededor y me encontré con varias parejas de esas nice festejando aniversarios, un güey con copas de champaña que a lo lejos denotaba una propuesta matrimonial en puerta, un par de familias con chamacos ya dejando la adolescencia -y una cara de aburrimiento peor que en misa-  y sólo yo como hongo en la mesa para dos en la que me sentaron. 

Es chistoso porque los meseros siempre preguntan si estoy esperando a alguien con una sonrisa, y cuando contesto que no ponen cara de perritos regañados y me atienden rapidísimo y de buen modo. 

Que así fueran siempre, los cabrones.
Total que ya estaba al final de mi margarita cuando vi que alguien entró, me miró por un par de segundos como queriendo reconocerme y luego desvió la mirada al responderle el saludo al capitán de meseros. Pedí una segunda margarita porque ese Martín tiene una mano maravillosa y me quedé pensando en mi siguiente parada. Bar o Antro? Caminata o cuarto de hotel? Peli o Libro? Sex Shop o Playboy Channel? Balcón o Piscina? Kinky o bien portada?

Pagué mi cuenta terminada mi tercera margarita, y al salir del restaurante sentí la mirada de alguien y al voltear sólo vi un par de ojos sorprendidos y un dedo sobre los labios de un cuasi-adolescente que me pedía guardara silencio. Mi mente empezó a buscar en mi archivo de caras la de este chamaco y lo reconocí al fin. Uno al que le puse un estate quieto hace como dos semanas por andar jugando al fotógrafo con su celular.


Seguro pensó que lo delataría delante de su mamá, pero qué necesidad de arruinarle el cumpleaños a la señora? Me cagué de risa y me regresé caminando al hotel. Ya le cobraré mi silencio en el AVPM la siguiente vez.
En el camino encontré como siempre un sin fin de vendedores ambulantes que me ofrecían desde pulseritas y colguijos de plata hasta trencitas de colores y tatuajes temporales, pero el más extraño de todos fue uno que vendía libros usados. Bien dicen que hay que ampliar la variedad de los productos o extinguirse en el mercado. Me paré a leer los títulos buscando uno que me llamara la atención cuando sentí  acercarse a alguien.


Se agachó interesado y tomó un libro mientras yo dejaba "El Manual de la Perfecta Cabrona" de nuevo sobre el piso cubierto por una manta con estampado de plantas de mariguana. Encontré entonces un libro que me sonó conocido "The Girl With The Dragon Tatoo" así en inglés, y me acordé del cliente que alguna vez me lo recomendó. Hice ademán de tomarlo con mi mano izquierda cuando otra mano hizo lo mismo al mismo tiempo.

Era él, pero yo no lo sabía. Me dijo que yo tomara el libro pero le dije que lo iba a comprar, que si quería verlo se lo "prestaba" para examinarlo pero que al final me lo iba a llevar. Entonces sacó rápidamente un billete de su cartera y se lo dio al vendedor mientras yo decía "Oye, noooo!"

Pinche güey, pensé yo. Me decido a leer y me gana el puto libro.
Estaba a punto de mentarle su madre cuando al recibir el cambio me miró y me dijo: "Te lo regalo"
Se me bajaron los calzones, literal. Pero no ahí ni en ese momento.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Miss, suena divertida la aventura. Me recuerda la de una persona que algun dia me contó que estando fuera del pais, y aprovechando que la memoria se borra por completo en esos viajes, decidio darse un gustito y compartió brinquitos en el colchón con un hombre que conocio y le robo el aliento (y otra cosita mas).

Lo chusco es que despues de la nocturna faena, ese fabuloso objeto del placer y deseo para ella terminó siendo un paisano "de la colonia de enfrente".

Espero que este no sea su caso.

Bien dicen que uno ve carruaje y se antoja viaje. Aprovechando que un compañerito pidio recomendacion de AVPM y la miss amablemente coopera, me uno a la solicitud donde haya "viejas buenotas" que pueda "cogerme a todas las que mi cartera pueda pagar"... :)

Un beso Miss. Que gusto verla de vuelta.

El Gallo dijo...

Ay ps que envidia caray, el relax de un fin de semana de locura y perversión entremezclado con un poco de cultura siempre se agradece.

Quien fuera millonario caray, tendré que vender más gelatinas afuera del metro Pantitlán... ni pedo U_U

Yo a lo más que llego es cheves, xochimilco y mi esposa... vale madre... jajajajajajaja

Anónimo dijo...

Compañero Gallo Iberico, sugiero que en lugar de cheves, xochimilco y su vieja, sea:

Champagne, el AVPM donde trabaja la Miss, y por supuestisimo, nuestra querida maestra Xin-Nah!!!

Anónimo dijo...

:-) ooohhh, se avesina una de nues6ras mejores clases; soy todo oido Miss...

Scaramouche

Anónimo dijo...

viene chiquita...viene...la segunda parte!!!
yes my queen!!!!
Manuel

LATIN dijo...

no pos si, hablan de lugares paradisiacos y cosas buenas que se antoja, ni modo a darle más duro a la cuidada de coches y franeleada para ver si algún dia podemos conocer esos lugares.

Miss y la segunda parte para cuando?
Besos

Anónimo dijo...

¡Ay! Cada que te leo me entran ganas de volverme bisexual.

¡Saludos!

Xin-nah dijo...

Marko: Híjole, no puedo comentar ahorita acerca del "paisano" porque apenas voy a escribir la segunda parte de la historia :D Pero ya lo verás... Uy, viejas buenotas a las que te puedas coger... en el sitio o afuera? Que sean "elegantes" o de "lo más putas"? Si las quieres buenotas y que no estén muy gatúbelas yo recomiendo Solid Gold Insurgentes. La última vez que me di el rol habían llegado nuevas de europa del este: son bien pedas y cobran precios razonables. Las venezolanas son un poco más avorazadas pero dicen los que saben que lo valen. Ya me contarás. El pedo es que te las tienes que llevar a otro lado pero yo digo que así uno está más cómodo, o no? Te recomiendo pagarles la mitad en boletos y la otra mitad ya que lleguen al hotel. Y todos contentos.
Gallo: Eso de vender gelatinas me da muchísima risa... algún día te contaré por qué. Espero que tu esposa no piense lo mismo de ti y diga: "tan bueno que está el vecino, putamadre! y yo teniéndome que conformar con este pinche huevón" jajajajaja! Sea respetuoso o me lo nalgueo con chancla. A ver, pásame el FB de tu esposa, tendré que darle a ella también sus clasesitas. Marko, no le des cuerda al Gallo.
Scaramouche y Manuel: Ya voy, no coman ansias ;)
Latin: eso de la franeleada que lo crea tu abuelita.
Natalia: No me des ideas XD de por sí la niña es risueña y luego le hacen cosquillas ;)

Anónimo dijo...

Miss, lo unico negro del asunto es que los "managers" del AVPM acostumbran cobrar un "impuesto" por llevarse a una fémina lejos del predio a un lugar más cómodo, es decir, la bien conocida "salida". Son unos malditos perros. Se aprovechan para bajarte un baro por el puro "permiso", y estan casi tocando a la puerta al segundo pasado la hora pactada. Por eso normalmente prefiero que el "servicio" sea "in-situ", te ahorras un billete que aprovechas mejor para dobletear...Gracias Miss por la recomendacion. La proxima vez que viaje al DF seguro pasaré revista por el AVPM sugerido.