Pues si creían que las teiboleras no tenemos sentimientos, se han equivocado. Los tenemos y son tan intensos como los de cualquiera. Lo malo es que no podemos presumir de estar enamoradas por dos razones. La primera, es que es malo para el negocio, y la segunda es que no nos creerían. Porque entonces viene el CHANTAJE de si tanto me amas deja tu trabajo. O no?
El sábado pasado se casó mi ex. Ese infeliz que fue mi esclavo por no sé cuántos meses. Ese que era capaz de ponerse de alfombra para que yo pasara sobre él con tal de "demostrarme" que sus sentimientos eran "sinceros". Ese que juraba no creer en el matrimonio sino en la comunión de dos almas sin papeles ni rituales ni convencionalismos sociales (puro choro).
Así que imaginarán mi sorpresa al enterarme que se casó. Y no porque se haya casado con otra sino por toda la sarta de mentiras que dijo y que yo le creí. Por sentir que todo este tiempo me vio la cara. Ese que me pedía que dejara mi trabajo por él... ja! y para qué? para que un buen día dejara de llamar, de contestar los mails y hasta cambiara de celular.
Y saben qué es lo peor? Que no había necesidad de mentir ni de fingir. Yo habría aceptado una relación sin compromisos (no sería la primera) aunque él tuviera a su noviecita santa. O sea, no perseguía que me sacara de trabajar y me convirtiera en la madre de sus hijos, ni al caso. Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Para qué tantas mentiras? tanta hipocresía? Y yo de pendeja que hasta me sentí mal por haberle roto el corazón!
Me arde el orgullo. Me arde y me arde cabrón.
Moraleja: Nunca confiar en el hombre perfecto. Si es perfecto no puede ser real.
El sábado pasado se casó mi ex. Ese infeliz que fue mi esclavo por no sé cuántos meses. Ese que era capaz de ponerse de alfombra para que yo pasara sobre él con tal de "demostrarme" que sus sentimientos eran "sinceros". Ese que juraba no creer en el matrimonio sino en la comunión de dos almas sin papeles ni rituales ni convencionalismos sociales (puro choro).
Así que imaginarán mi sorpresa al enterarme que se casó. Y no porque se haya casado con otra sino por toda la sarta de mentiras que dijo y que yo le creí. Por sentir que todo este tiempo me vio la cara. Ese que me pedía que dejara mi trabajo por él... ja! y para qué? para que un buen día dejara de llamar, de contestar los mails y hasta cambiara de celular.
Y saben qué es lo peor? Que no había necesidad de mentir ni de fingir. Yo habría aceptado una relación sin compromisos (no sería la primera) aunque él tuviera a su noviecita santa. O sea, no perseguía que me sacara de trabajar y me convirtiera en la madre de sus hijos, ni al caso. Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Para qué tantas mentiras? tanta hipocresía? Y yo de pendeja que hasta me sentí mal por haberle roto el corazón!
Me arde el orgullo. Me arde y me arde cabrón.
Moraleja: Nunca confiar en el hombre perfecto. Si es perfecto no puede ser real.