viernes, 28 de octubre de 2011

Mujeres Infieles (ayjijasdelmal!) y Hombres que no se quedan atrás.

Queridos alumnos:

He andado ensimismada (más bien enferma y con mucho tiempo para pensar) y una pregunta ha llegado a rondar mi mente de manera incansable estos últimos días.
Dónde empieza una infidelidad y porqué armamos tanto pinche pedo? Y porqué siempre que se menciona la palabra "infiel" pensamos luego luego en los PINCHES HOMBRES. Así, con mayúsculas y tono de hartazgo: "PINCHES HOMBRES". 

Porqué las mujeres somos tan celosas y nos da por convertirnos en la doble de James Bond cuando de "encontrarlo infraganti' se trata? Porqué desconfiamos tanto de esas llamadas tan temprano, o tan tarde o en fin de semana? O porqué tan cortas? O porqué tan largas? O porqué anda tan cariñoso? O tan distante? O tan de buen humor? O tan pinche odioso? O porqué se puso esa corbata? O porqué no se puso? O porqué se rasuró en sábado? O porqué se está dejando crecer la barba?

Las mujeres también podemos ser infieles, aunque claro a nosotras no nos bajan de la categoría de "PINCHE PUTA". Pero bueno, no vamos a discutir los nombres que nos endilgan que al final, es lo que menos me preocupa. Los hombres también se llevan lo suyo cuando empiezan con algo así como: Y porqué tan arreglada? Y porqué la falda tan cortita? O porqué los jeans tan pegados? O porqué los rayitos en el cabello? O porqué te maquillaste si nomás vas al mercado? O porqué andará tan sospechosa con su comadre/vecina/amiga/hermana, etc? Y desde cuándo le gusta hacer ejercicio? O porqué tanto secreto con su bolsa? O porqué habrá cambiado de perfume? O ese güey porqué te dice "buenos días, güera!"?

Las mujeres se defenderán diciendo que "ya los conocen", que "así son los hombres", que "la mula no era arisca...". Los hombres algo dirán claro, si es que se dan cuenta de esos sutiles cambios. Si se dan cuenta entonces es por dos razones: a) ellos andan de cabrones y por eso están tan alerta o b) es TAN obvio que no verlo sería de plano, ser idiota. Si la respuesta es A, puede que estén viendo moros con tranchete o El León cree que todos son de su condición. Si la respuesta es B, eso les pasa por no atender a su vieja como deben; ora aguántense como los machos.

Como tampoco voy a discutir qué tanta culpa tiene quién y odio el drama, les pregunto: No sería mejor para todos dejar de "satanizar" la infidelidad y dejar de venerar la monogamia -para la cual está más que demostrado a lo largo de miles de siglos de evolución- que a no beneficia a nadie?

No sería éste un mundo mejor y nos ahorraríamos noches de insomnio, chaquetas mentales, dramas telenovelescos, peleas épicas que despiertan a los vecinos, enfermedades como grastritis, colitis nerviosa o entripado de hígado, si fuéramos capaces de tener conversaciones como:
  • -Mi amor, te acuerdas del tipo que te conté de la oficina? -El que tiene buena nalga? -Sí, ese mero! -Por qué? -Ay! es que fíjate que me lo encontré cuando salí a fumarme un cigarro y como tenía 20 minutos antes de que empezara la junta pues me lo cogí en el estacionamiento. Cómo ves? - Ah, órale! Y qué tal? Lo tiene más grande que yo o me la pela?
  • -Bueno? -Hola, mi amor, soy yo. Te hablaba para decirte que voy a llegar un poco tarde hoy. -Ok, está bien. Por? -Es que parece que hoy sí me voy a poder tirar a mi secre. Se nota que anda querendona la cabrona. No te importa? -Pero hoy vamos a cenar a casa de mi hermana! O ya se te olvidó? -No, para nada. Te prometo que no tardo mucho, me la tiro y te alcanzo allá, sale? -Ok, pero lo grabas con el cel y me lo enseñas regresando a la casa.
  • -Amor, qué quieres para tu cumpleaños? -Pues estaba pensando que esta vez podríamos ir al AVPM y que nos bailara la chichona esa que te he dicho que hace unos privados de lujo, y luego nos podemos ir a un hotel los tres. -Y cuánto dices que cobra por salida? -No hay tos, como le gusto a la güey y soy cliente frecuente ya me dijo que me cobra la tarifa normal y no especial por ser trío. Hay que aprovechar, no? -Va! pero que me deje probarme sus zapatos, siempre he querido unos de "teibolera".
Si ustedes son de los que arman pancho nomás porque otr@ se le quedó viendo a su amado tormento, déjense de mamadas y hasta no tener la tanga de leopardo en la mano evítense dramas. Y cuando la tengan pues únanse y hagan un trío!

Los quiere,
su Miss Infiel.


martes, 18 de octubre de 2011

De amantes (2)

No sólo se trata de que no nos cachen. También hay que echarle ganas a esta relación informal para que a la larga (Dios quiera!) no terminemos cayendo en pan con lo mismo de lo que estamos huyendo.

Lo rico de ser amantes, de tener uno o varios, es reencontrar la emoción que nos causa pensar en una persona. Las erecciones o las humedades reemplazan a las mariposas en el estómago o las piernas de gelatina de cuando éramos adolescentes y todo era rosa y cursi, y no es más que pura lujuria la que nos hace temblar de anticipación. Saber que en un día más o en unas horas más llegaremos a la habitación de hotel y podremos echárnosle encima a "ese cabrón!" que coge como un ángel.

Les suena familiar?

Nada que ver con la esposa o pareja fija que nomás llegar a la casa nos habla de que se olvidó de pagar el recibo de luz o que ya lo tienen hasta la madre en la oficina.

Se nota la diferencia, no?

Y ser amantes es tan padre porque no trae consigo mayor responsabilidad, no hay que discutir para repartirse tareas cotidianas, ni aguantar el aliento mañanero o los ronquidos nocturnos. Todo es bello, nada es feo; todo es fresco, nada apesta; siempre se está de buenas, nunca nos duele la cabeza. 

Cierto alumno me dijo que si mi ausencia se debe a que estoy enamorada, y no se espanten, no se trata de eso. Se trata de que tengo un amante. Momento! No es casado (ya saben que ahí no me meto) ni tiene compromisos de ningún tipo, salvo que su profesión -como a mí- no le permite llevar una vida social "normal". Así que nos vemos nomás para coger. No hacemos planes para el fin de semana, ni vamos al cine, ni de compras, ni nos llamamos 6 veces al día. Sólo nos llamamos para agendar la siguiente cita y no nos andamos preguntando porqué a veces se puede y otras no. Tienes tiempo? sí? perfecto! No tienes tiempo? No hay pedo, ahí pa'lotra. No es mi novio, ni es mi free, es Mi Amante.

Estoy segura que si esta relación fuera de novios, yo ya me habría encargado de arruinarla. Pero me encanta el saber que no lo tengo seguro, que no está a mi disposición cuando yo así lo quiera, que no es de mi propiedad ni mi exclusividad y que yo tampoco soy de él ni para él cuando a él así le plazca. Soy mía y me comparto con él, él es de él y se comparte conmigo.

He pensado en que podría enamorarme de él pero si eso pasa, la diversión se acaba. Mejor sigo disfrutando de todo lo que me hace cuando la ocasión se presenta, no?

Mi amante no se limita en los besos. No me besa en la mejilla, ni me da besos de piquito. Cuando me besa, me pone una mano en la espalda y mete su lengua en mi boca sin pudor ni contemplación alguna. Entre más largo el beso, más abajo va su mano. Me aprieta una nalga y me jala hacia él y siento a través de la ropa su erección contra mis muslos. Todo empieza con un beso.

Mi amante no se salta los preliminares. Por muy caliente que esté, por muchas ganas que me traiga, por muchos que hayan sido los días de abstinencia, él siempre se asegura que yo esté bien mojada y que haya venido al menos una vez antes de penetrarme.

Mi amante experimenta diferentes posiciones cada vez. Esta parte me encanta. Aunque él ya sabe cómo disfruto más y yo sé cómo disfruta él, él siempre me pide que me ponga así o me levante acá, o me voltee de tal manera. Incluso, me ha sorprendido con posiciones que NUNCA antes yo había experimentado. No es nada que caiga en la acrobacia ni que ponga en riesgo la salud de mi columna vertebral, es sólo un poco de creatividad.

Mi amante me "obliga" a hacerlo en lugares poco convencionales. Y yo sufro de una manera! A veces el tiempo no está de nuestro lado, así que ni modo. En un estacionamiento, en un garage ajeno, debajo de un puente vehicular... Claro, las posiciones se limitan un poco pero es lo de menos. 

Mi amante siempre está dispuesto a "ayudar". A veces por el tiempo o por el lugar o por el oral, él se viene primero y nada de que te lo debo. Aunque él esté satisfecho ya, siempre se ofrece a ayudarme a venir y no le importa si tiene que chupar, lamer, jugar o mordisquear por un minuto o diez; él hará todo lo que esté en sus manos -y otras partes- para dejarme bien servida.

Alumnos míos, su maestra anduvo inspirada hoy.