lunes, 28 de junio de 2010

Confesiones de una teibolera (Vol. II)


Esta historia y sus personajes NO son ficticios. Cualquier parecido con la realidad NO es ninguna coincidencia; así que con cuidado que ya sé quién eres y a qué te dedicas y en cualquier momento se entera tu vieja.




Así empezó una relación en la que según yo, no tenía nada qué perder. En muchas ocasiones, salí con güeyes (sí, güe-yes) con los que sólo buscaba pasar un rato agradable. Y claro, ellos buscaban exactamente lo mismo por lo que nunca había salido lastimada (ellos, sólo a veces). El pedo es que en esta ocasión el tipo me gustaba mucho, se dio cuenta y de ahí empezó a tomarme la medida.

Su manera de arreglarse era impecable. El cabello no se le movía, siempre andaba bien rasurado, con corbatita y camisa y siempre oliendo delicioso. Me trataba como a una princesa, me llevaba a comer no a los más elegantes restaurantes pero sí a donde todo lo que me servían era riquísimo. Me hacía regalitos grandes y pequeñitos, me llegaba de la nada con un ramo de flores y era muy, muy espléndido.

Las tareas domésticas era algo por lo que yo dejé de preocuparme porque él se encargaba de que alguien limpiara mi depa, lavara mi ropa y llenara mi despensa. Yo no tenía que preocuparme por nada. Él siempre estaba al pendiente de mí. Me llamaba por lo menos cada hora y si por alguna razón no podía hacerlo, yo recibía al menos un mensaje de texto para que supiera que él estaba pensando en mí.

Qué más podía pedir?

Los fines de semana eran otra cosa. Generalmente, nos veíamos el sábado un ratito nomás ya que el domingo pues "era familiar". Así que esos domingos yo aprovechaba para salir con mis amigas o de plano echar la hueva frente al televisor todo el día.

Sin notarlo, él se fue haciendo parte de cada una de mis actividades. Me levantaba con una de sus llamadas, comíamos juntos siempre e incluso hasta me llevaba al AVPM.

Llegó el momento en que yo ya no trabajaba cómoda. Uy, Segundo error! Ya no me daban ganas de ir al AVPM y cuando iba estaba todo el tiempo al pendiente del celular. Ya no podía bailar como antes de conocerlo, ni comportarme como si nada ante mis clientes. Mis ingresos empezaron a bajar considerablemente y obvio, fue él el que se ofreció rescatarme.

Así que ahora también pagaba mis cuentas. En estos momentos yo dependía de él en todos los sentidos pero estaba contenta como foca: con el agua hasta el cuello y todavía aplaudiendo.

Pasaron no sé ya cuántos meses en los que yo vivía en una jaula de oro sin darme cuenta. Era "feliz" aunque no tenía libertad ni la extrañaba. Mis amigas dejaron de frecuentarme, mis amigos dejaron de llamarme y yo no quería ni tenía a qué salir, ya que tenía todo lo que me hiciera falta en casa. Claro, excepto a él pero era un precio que se me hacía poco a cambio de la "estabilidad" que yo con tanta ansia estaba buscando.

Continuará...

viernes, 25 de junio de 2010

Confesiones de una teibolera (Vol. I)

Sé que las teiboleras tenemos fama de ser unas cabronas. Y la neta es que sí lo somos. Nos gusta la imagen de autosuficientes, independientes y jijasdelatiznada que vamos forjando a nuestro paso al romper los corazones de nuestros pobrecitos Clientes.

Pero para confort suyo, déjenme les digo que no siempre es así. También los clientitos tienen lo suyito. Les voy a contar una pequeña historia.

Resulta que hace ya un par de años, en una de esas noches que una va a trabajar más por costumbre que por meras ganas, en las que el salón del AVPM estaba semivacío y apenas un par de mesas ocupadas, estaba yo rascándome las... bueno! digamos que estaba yo pensando en la inmortalidad del cangrejo cuando un meserito se me acercó y me tomó de la mano.

Yo pensé que de repente se había tomado demasiada confianza pero no. Es como normal en el AVPM que cuando un cliente te solicita, el mandadero en cuestión (puede ser el Capi, el Gerente, alguno de seguridad o como en este caso, el mesero) te toma de la mano y te lleva a la mesa donde reclaman tu candorosa presencia.

Cuando llegué no podía creer mi suerte. El hombre más guapo que yo había visto en mi vida -ever- estaba ahí sentadito esperando por mí (y no, no era Gerard Butler). Con una gran sonrisa y unos ojos hermosos me recibió, me invitó una copa y me pidió que lo acompañara a comer. Todo un caballero, carajo!!! Así justo me lo había recetado mi psicóloga.

Total que pues no me hice del rogar ni siquiera cuando vi el signo inequívoco de que ya tenía dueña. Una enooorme sortija de matrimonio adornaba su dedo anular izquierdo. Pero pues ni pedo. Uno no elige a sus clientes (bueno, no siempre). Y pues fue directo al grano. Le gusté y quería "conocerme" más y claro, no iba a ocultarme que era un hombre con compromisos porque pues él creía ante todo en la honestidad como la base de cualquier relación. Tanto en las de placer como en las de negocios.

Yo, he de reconocer que se la compré completita. Con la química que me producía no podía preveer que "conocer" más a fondo a este hombre casado me traería problemas a la larga. Pero cuándo uno está deslumbrado pues qué va a andar poniendo la ardilla a girar. O no?

En fin que acepté aquéllo del "conocimiento mutuo" y empecé a salir con él regularmente. Ups! Primer error.

La primera cita afuera del bar fue un inocente desayuno. Bueno, almuerzo tardío porque a la hora del desayuno pues yo nunca estoy despierta.

Y el lunes les cuento lo que pasó después.
Que tengan un buen fin de semana y ojalá que el Messi se rompa una pata.
Oremos por eso.


martes, 22 de junio de 2010

sí estoy!!

Estoy preparando un nuevo post. Aunque no lo crean. El problema es que sigo lenta para escribir, me desespero y mejor lo dejo; y para acabarla de amolar mi conexión a internet apesta...

Suena familiar?

Pero sí estoy, OK?

Digamos que les estoy preparando algo jugosón.

Besitos y a echarle porras a México para el partido de hoy.

miércoles, 16 de junio de 2010

Ya les cayó la voladora, cabrones escuincles!

A ver, a ver. Para empezar se me van sentando en sus pupitres y le bajan a su desmadre dos rayitas. Ya llegó la Miss Xinnah y ahora sí van a saber lo que es amar a Dios en tierra de indios. Ya leí todos sus comentarios, tanto aquí como en FB y no puedo contestarlos todos porque esta mano ya está mejor pero aún no al cien. Ok?

Evítenme la pena de mandar a hablarle a sus papás... Momento, a lo mejor no es tan mala idea. Los que tengan papás de menos de 50, de buen ver y que sean generosos que levanten la mano.

Metrópolis, deja de ver con ojitos de borrego a medio morir a Scaramouche y pásame tu cuaderno de tareas. Sol, ya deja de hacer como que se te cae la goma a cada rato. El pobre de Latin ya está haciendo bizcos.

A los que osaron pensar en cambiarse de escuela, les aviso desde ahorita: tendrán tarea extra o dos puntos menos sobre examen final, y ésta va para ti, Gallo.

(Pus'éstos!!!!)

Ahora les cuento que su maestra Sí ha estado chambeando. No crean que todo ha sido cocos con ginebra a la orilla de la playa. Bueno hubiera sido! Pero si yo no le chambeo no hay quien pague los gastos, así que con todo y manita desconchabadita me tuve que fletar en el AVPM.

A poco no soy bien profesional? Obvio, no pude andar en el tubo pero sí pude darme mis vueltas para saludar a mis clientes VIP y para que mis compañeritas no se olvidaran de mí.

Y por cierto, con la novedad de que al AVPM llegaron muchas conocidas porque con eso de que otro famoso tugurio estuvo o está cerrado (ZEXTERMINIO, ya se arregló lo del XS?) pues muchas fueron a parar en mis territorios.

Lo bueno es que no soy nada envidiosa por lo que no tengo pedo alguno con las "nuevas", que de nuevas tienen lo que yo de Chef pero bueno. Les dimos su bienvenida de todas maneras porque uno nunca sabe cuándo se van a necesitar de esas amistades. O no?

Y ya me voy porque me tardé horas escribiendo este post para que ustedes ingratos ni me lo agradezcan. Voy a dormir.

Gracias a todos por preocuparse por mí.

Tarea: Cuéntenme en dónde van a ver el partido de mañana de México contra Francia.